miércoles, 14 de junio de 2017

pez betta

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Guía de los peces Betta
De una belleza singular, el pez Betta resalta a primera vista por sus magníficos colores y bellas aletas. De hecho, su nombre científico (Betta Splenders) hace alusión al marcado atractivo de estos ejemplares. Conjuntamente con esta característica, su poder de resistencia y su comportamiento tan peculiar, le han hecho ganarse la admiración y el encanto de la comunidad acuriofilia en todo el mundo.
Perteneciente a la familia de los laberíntidos, el pez Betta posee un órgano especial denominado laberinto, que le permite respirar oxígeno directamente de la atmósfera. En sentido general, se trata de un pez con muchas variaciones, pues los cruzamientos genéticos han dado lugar a diferentes tamaños y formas de aletas.
Como dato curioso, podemos añadir que el pez Betta tiene la habilidad de enterrar su cuerpo en la tierra húmeda para enfrentar las épocas de sequía extrema. Son especies muy territoriales y violentas (de ahí recibe el sobrenombre de Luchador de Siam). En caso que decidamos tener estos ejemplares en nuestra pecera, se recomienda la presencia de tres hembrALIMENTACIÓN

En este apartado, los peces Betta pueden presentar características omnívoras o herbívoras. Como parte del medio en el que se desenvuelven, estos peces son capaces de alimentarse de mosquitos, pequeñas larvas, gusanos y zooplancton. En ambientes artificiales, la presencia de productos cárnicos variados en su dieta repercute directamente en la pigmentación de su piel, alcanzando tonalidades más vivas y hermosas. Siempre es recomendable humedecer su comida con el fin de evitar obstrucciones intestinales.

También se ha llegado a comprobar que un régimen a base de escamas exclusivamente puede afectar sus funciones reproductivas y ocasionar trastornos nutricionales. Una vez más, recalcamos que la esencia de una buena alimentación reside en el equilibrio de su dieta.

REPRODUCCIÓN

Toda una ceremonia digna de contemplar. Cuando dos peces Betta se aparean, suelen acompañar el ritual con una preciosa danza, que culmina finalmente en la creación de un nido de burbujas donde incuban a las nuevas crías. Este nido, es segregado por el macho a través de una mucosa que protege los huevos hasta su eclosión. Algunas especies también pueden llegar a incubar vía oral.

En cuanto a la reproducción de estos peces en nuestro acuario, se recomienda apartar la pareja a un espacio pequeño, cubierto de vegetación (que contribuye a reforzar el nido) y con el suelo libre de grava o piedras, pues los huevos poseen un color pedregoso que dificulta la búsqueda por parte del macho.

La temperatura debe permanecer sobre los 26 a 28 grados. El agua debe poseer una baja presencia de nitritos y mantenerse lo más tranquila posible. También se recomienda retirar a la hembra tras la puesta, pues el macho velará por el resto del proceso de reproducción.

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